miércoles, 3 de marzo de 2010

DEFINICIÓN DE ECOSISTEMAS



Como ecosistemas podemos definir:


•unidad natural de partes vivas e inertes que interactuan para producir un sistema estable en el cual el intercambio entre materia viva y no viva siguen una vía circula.
• los organismos de una comunidad y los factores abióticos asociados con los que están en interacción.
•es cualquier lugar o medio donde se encuentran interactuando los seres vivios (factores bióticos) y los no vivos (factores abióticos).
•conjunto de seres vivos en un mismo medio y de los elementos no vivos vitalmente unidos a ellos.
•Son sistemas termodinámicamente abiertos que reciben del exterior (sol, materia orgánica) y las transmiten a los ecosistemas vecinos a través de los flujo de materias o los movimientos de individuos (migraciones).

TIPOS DE ECOSISTEMAS

* Ecosistema terrestre:




Aproximadamente una cuarta parte de la superficie terrestre esta formada por los continentes e islas que son la porción seca del planeta. Allí tiene asiento los ecosistemas terrestres continentales, la mayoría de los cuales se localizan en el hemisferio norte. Las alturas de la masa terrestre se elevan desde el nivel del mar hasta elevaciones montañosas de aproximadamente 9000 mts. De altitud como el monte Everest en el Himalaya.
La mayoría de los seres vivos terrestres se distribuyen en los primeros 6700 mts. Aunque se han hallado esporas de bacterias y hongos en la atmósfera a mayores alturas.

* Ecosistema acuático:




Los ecosistemas acuáticos incluyen las aguas de los océanos y las aguas continentales dulces o saladas.
La oceanógrafía se ocupa del estudio de los primeros y la limnología de los segundos. En este ultimo grupo no solo se consideran los ecosistemas de agua corriente y los de agua quieta, si no también los microhabitas acuosos de manantiales, huecos de árboles e incluso las cavidades de plantas donde se acumula agua. Cada uno de estos cuerpos de agua tiene estructuras y propiedades físicas particulares con relación a la luz, la temperatura, las olas, las corrientes y la composición química, así como diferentes tipos de organizaciones ecológicas y de distribución de los organismos.

DEFINICIÓN DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO



El bosque o matorral mediterráneo es un bioma que se desarrolla en regiones con clima mediterráneo, caracterizado por los inviernos templados, los veranos secos y otoños y primaveras con abundantes precipitaciones, además de frecuentes incendios forestales a los cuales la vegetación está adaptada. Está presente primariamente en la cuenca endorreica alrededor del Mar Mediterráneo, aunque existen comunidades vegetales similares en las otras cuatro regiones climáticas mediterráneas del mundo (chaparral californiano, matorral chileno, fynbos sudafricano, y el oeste y sur de Australia) situadas en la fachada occidental de los continentes, hacia los 30º y los 40º. El suelo dominante es el rojo mediterráneo y el pardo, y la terra rossa relicta.

LOCALIZACIÓN DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO



El bosque mediterráneo se encuentra en España (extremadura): Está presente primariamente en la cuenca endorreica alrededor del Mar Mediterráneo, aunque existen comunidades vegetales similares en las otras cuatro regiones climáticas mediterráneas del mundo (chaparral californiano, matorral chileno, fynbos sudafricano, y el oeste y sur de Australia) situadas en la fachada occidental de los continentes, hacia los 30º y los 40º.

CLIMA DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO




El clima mediterráneo es una variedad del clima subtropical (en el clima mediterráneo típico), o del clima templado (en el clima mediterráneo continentalizado) que se caracteriza por sus inviernos templados; y los veranos secos y calurosos. El nombre lo recibe del Mar Mediterráneo, área donde es típico este clima, pero también está presente en otras zonas del planeta. Se caracteriza por tener una pluviosidad bastante escasa (500 mm) y concentrada en las estaciones intermedias (primavera y otoño), con temperaturas muy calurosas en verano y relativamente suaves en invierno, con un periodo más o menos largo de heladas en esta estación. La vegetación resultante es arbórea de tipo caducifolio o perennifolio con los árboles no muy altos y unos estratos herbáceos y de matorrales.

El clima mediterráneo también es un clima con lluvias estacionales. Pero su distribución es la inversa a la del clima de la zona intertropical. No llueve en verano, lo que genera un gran estrés hídrico. Por otro lado, los meses de invierno puede llegar a helar. Las precipitaciones anuales son intermedias entre las de los climas templado y tropical y las del clima subtropical (oscilan entre los 400 y 800 mm generalmente). Así pues, el clima mediterráneo es una mezcla de clima templado con características tropicales, lo que lo enriquece de elementos de la flora de ambas latitudes. Tiene un estrato arbustivo y lianoide muy desarrollado, de herencia tropical, que enriquece el bosque y lo hace apretado y a veces incluso impenetrable. El follaje de los árboles y arbustos permanece en la planta todo el año, ahorrando así una excesiva producción de material vegetal, muy costoso de hacer por tener muchas defensas. Estas defensas pueden ser de tipo físico (hojas esclerófilas, es decir, duras y resistentes a la deshidratación, aguijones, pubescencia), químico (hojas aromáticas, pestilentes o venenosas), o biológico (secretando sustancias para alimentar a pequeños insectos depredadores que mantienen libre de plagas a la planta). Son estrategias desconocidas en el mundo templado, y que mezclan las del mundo tropical húmedo (hojas perennes) y seco (hojas xeromorfas, espinosas, aromáticas, atractores de hormigas).

Las denominaciones típicas de las formaciones resultantes son la garriga en el mediterráneo, el chaparral en California o el fynbos en Sudáfrica.

FLORA DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO




La vegetación típica es xerófila, ya que tiene que soportar la aridez estival. La especie dominante es la encina. El sotobosque es leñoso, espinoso y aromático, con especies perennifolias como el lentisco, el aladierno, numerosas lianas (zarzaparrilla) y, en los claros, las jaras, el romero y el tomillo. En el cortejo florístico aparecen especies como el pino carrasco y el pino piñonero, la sabina, el madroño, etc. En las zonas más húmedas aparece el quejigo; en suelos silíceos aparece el alcornoque.
En la transición con otras biocenosis pueden aparecer especies frondosas como matorral, junto con las xerófilas, en un bosque mixto. Es muy importante el bosque galería, en el que aparecen especies frondosas como el álamo, el chopo o el olmo, que encontramos en los márgenes de los ríos, lagos y lagunas.
El fuego juega un papel importante en la dinámica de estos bosques y, por ello, las especies que lo componen han desarrollado numerosos mecanismos para adaptarse a los incendios. Así, por ejemplo, los alcornoques presentan cortezas muy gruesas para protegerse; encinas y robles melojos presentan una gran capacidad rebrotadora; y las jaras forman semillas que germinan más fácilmente cuando se ven sometidas a altas temperaturas.
Los bosques mediterráneos son, en su mayor parte, perennifolios, aunque también hay especies marcescentes, es decir, que presentan hojas caducas pero que permanecen en el árbol hasta la siguiente primavera, para proteger las yemas de las nuevas hojas. En general, estos bosques presentan un número relativamente poco variado de especies en el dosel arbóreo.
El país mediterráneo ha estado poblado desde muy antiguo, y la intervención en la biocenosis ha sido decisiva para formar el paisaje y el medio. El bosque se degrada en garriga, dominada por la coscoja, maquia y estepa mediterránea, dependiendo de la importancia de la degradación. En la península Ibérica existe un tipo de aclarado del bosque mediterráneo conocido como dehesa.
El ecosistema de bosque mediterráneo es muy sensible a la desertificación si se destruye su cubierta vegetal. Las lluvias torrenciales arrastran el suelo con facilidad y se erosiona con gran rapidez.

martes, 2 de marzo de 2010

FAUNA DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO




La abundante pero estacional disponibilidad de los alimentos del bosque mediterráneo, condiciona a los seres vivos durante las épocas de cría e invernada. Los dos pilares fundamentales de los que depende la riqueza animal de este sistema son: el conejo y los frutos otoñales-invernales (9).
Este tipo de ecosistemas presenta una elevada diversidad animal debido fundamentalmente a su fauna edáfica (137 000 invertebrados del suelo por metro cuadrado en otoño en Australia). Por otra parte están representados todos los géneros de vertebrados, destacando un gran numero de endemismos en anfibios y reptiles, quizá beneficiados por el escaso tamaño de las áreas con clima mediterráneo y su aislamiento.
Un caso excepcional es la gran riqueza de aves que presentan estos ecosistemas en la época invernal, beneficiados por la otoñada y por el hecho de situarse en zonas intermedias latitudinalmente en el paso migratorio (california y cuenca mediterránea).
En cuanto a los mamíferos están bien representados, los pequeños consumidores primarios se adaptan a las explosiones de producción estacional (conejo: Orictolagus cuniculus) .Estos, constituyen la base de la pirámide alimenticia. Una característica morfológica curiosa en la cuenca mediterránea, es que sus variedades de mamíferos, presentan un tamaño menor que sus homólogos de zonas mas septentrionales(P.ej el ciervo: Cervus elaphus).